El miedo te hace esclavo

Nunca dormí,
fui sonámbulo desde niño, pero nunca dormí;
sin ser zoombi caminé sin rumbo entre rebaños,
mientras perros mercenarios imponían su orden mordiendo,
berreos y berreos, era horrible;
no me arrepiento de la fuga,
no me arrepiento del escape;
obediencia sin sentido, 
a su sutil preparación para el sometimiento,
una licencia para esclavizarte;
cimarrón sin cuento,
digna fuga de la cual no me arrepiento.

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