Una, dos, tres, cuatro…
-Un tiempo, antes del big crounch- Después de todo te voy a humanizar, eso querías finalmente, que cambiara mi efímera personalidad para que mis efímeros ojos te vieran como persona, y no como el objeto de tiempo invertido. Pobre, no imaginabas el cambio de esta exabrupta manera; en donde puedo verte leer esta carta cada vez más mojada, cómodamente pasando los ojos inundados una, dos, tres, cuatro… infinitas veces te lo dijeron, todos te lo dijeron, pero tus oídos cerrados de capricho no lo quisieron creer, incluso yo te advertí bien lo sabes, mujer hermosa, de palabras tragadas y después regresadas una, dos, tres, cuatro… ¿Por que no les hiciste caso a esas voces que creías negras, y resultaron tan blancas como los sentimientos que hiedes? Espero cambies, sino te dañaras hasta estar como esas palabras semidigeridas, ya gastadas como yo. Me fuiste y nos fuimos soportando una, dos, tres, cuatro… Horriblemente sé que no cambiaras, ya el pasado lo ha demostrado, ¿y sabes? no digo...